miércoles, 14 de marzo de 2012

CRUCIFIJOS, SÍ; MINIFALDAS, NO: LA ESCUELA QUE VIENE

Una ofensiva conservadora se nos viene encima. La nueva cruzada del ministro progre, la prohibición de minifaldas al otro lado de los Pirineos, la prohibición de comulgar en el funeral de su madre a una lesbiana en EE.UU., el impedimento a una pareja de homosexuales de matricular a su hijo en una escuela concertada de Sevilla, o la paralización de una revista sobre nuevos modelos de familia en Barcelona. ¿Es sólo el principio?

Gallardón y los crucifijos

El Ministro de Justicia de un estado aconfesional declara, en una entrevista al diario El País , que los crucifijos están en las escuelas porque son un símbolo de paz.
P. ¿Por qué en un Estado aconfesional sigue habiendo crucifijos en colegios y edificios públicos?
R. Porque la libertad religiosa permite la existencia de símbolos religiosos.
P. Pero solo están los símbolos católicos.
R. Yo hago mía la respuesta de Tierno Galván cuando era alcalde y el PCE le pidió que quitara el crucifijo del salón de plenos. Dijo: “Por encima de cualquier creencia, este es un símbolo de paz”. A nadie le puede molestar si se ve así.

Haga usted con sus símbolos lo que le dé la gana, pero de puertas para adentro, en su vida privada. La cruz es un símbolo religioso  en cuyo nombre se han cometido innumerables barbaridades y sangrías a lo largo de la historia. Seguro que hay símbolos mejores y menos ofensivos para quienes no sean cristianos.


Francia declara la guerra a la minifalda entre las menores

 Raquel Villaécija. París, 12/03/2012  ELMUNDO

El 83% de los padres apuesta por prohibir uniformes indecentes, según sondeo

La iniciativa no escondía, en apariencia, maldad alguna: cambiar el vaquero por una minifalda para festejar el Día de la Mujer. Pero donde unas veían un inocente acto reivindicativo otros vieron un peligro, una provocación y algunos incluso un gesto indecente.
En el país de la liberté y la égalité la prenda que revolucionó la moda ha pasado a ser casi una proscrita. Al menos su uso por parte de las menores sí se ha puesto en tela de juicio.
El pasado jueves una veintena de niñas de entre 13 y 15 años de un colegio de Poncin (Rhone Alpes) que querían celebrar a su manera el Día de la Mujer se toparon con el "no" de la dirección del centro.
"Llevaba una falda de flores que me llegaba por encima de las rodillas. No me parece que eso sea una provocación. Lo que me parece aberrante es que se nos obligue a quitarnos la falda porque dicen que no podemos trabajar bien con ella", ha protestado una de las alumnas reprendidas a la radio francesa RTL.

 

'Proteger a las niñas'

De la simple coquetería al peligro hay una fina línea, según el centro, que decidió intervenir para evitar posibles ataques a las adolescentes.
"Les hemos explicado que su acto era muy loable, pero que era preferible cambiar el vestuario para evitar que otros niños les faltaran al respeto. Desgraciadamente, muchos las han insultado", ha defendido el docente Thierry Gouchon a la citada radio. "Nuestra intención no era la de prohibir ni sancionar sino la de proteger a las niñas" , ha añadido.
A pesar de las palabras de sus compañeros y de las advertencias del centro las menores no se dieron por vencidas y firmaron un manifiesto de protesta para pedir "respeto, incluso en minifalda".
Alrededor de 80 colegialas y profesores suscribieron el texto. Además, la asociación "Ni putas ni sumisas" también ha apoyado la acción de las adolescentes. Desde hace años esta organización celebra en el mes de noviembre el "Día de la Falda", una jornada para reivindicar la feminidad sin complejos.

 

Reeducar la mirada sucia

"Es escandaloso, este tipo de actitudes hacen pensar que la provocación viene de la niña que lleva la falda. Se da la idea de que la menor es una puta", ha protestado a Le Progress la presidenta de la asociación, Asma Guenifi, que cree que no se trata de reprender a las niñas sino de "reeducar la mirada de los hombres" y de abordar la relación entre ellos y ellas. "Hay que hablar de sexismo y luchar contra los prejuicios" , ha dicho.
No se trata de la primera vez que un centro educativo llama la atención a una de sus alumnas por enseñar nalgas. El pasado mes de junio otro colegio de Seine et Marne, en la región parisina, también causó controversia al llamar al orden a una colegiala por llevar una falda demasiado corta.
Según un sondeo del Observatorio Orange Terrafemina, el 83% de los padres encuestados apuestan por prohibir los uniformes indecentes en los colegios para evitar problemas.
Acto reivindicativo para unos o provocación de Lolita para otros, el incidente se produce en medio de la polémica por la  hipersexualización de las menores en Francia.

Ver también la entrada ORA ET LABORA. EL PESO DE IGLESIA, BANCOS Y EMPRESAS EN LA EDUCACIÓN.

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